La acupuntura puede ser un tratamiento seguro para los niños cuando la aplican profesionales bien capacitados, sugiere una investigación reciente.
En un análisis de 37 estudios o informes de casos, investigadores canadienses hallaron que en más de 1,400 niños tratados con acupuntura, apenas 168 experimentaron una reacción adversa leve, como llanto o dolor. Los investigadores hallaron 25 informes sobre eventos adversos graves.
“En manos capacitadas, la acupuntura parece segura para los niños”, aseguró la autora principal del estudio, la Dra. Sunita Vohra, profesora del departamento de pediatría de la Universidad de Alberta, en Canadá.
Los resultados del estudio aparecen en línea y en la edición de diciembre de la revista Pediatrics.
Se dice que la acupuntura es un tratamiento que se originó en China hace miles de años. En la medicina oriental, se cree que la acupuntura abre los canales donde el Qi o fuerza vital de la persona está bloqueado. En la medicina occidental, una creencia más común es que la acupuntura funciona al estimular la liberación de los analgésicos naturales de organismo, según el Centro Nacional de Medicina Complementaria y Alternativa de EE. UU.
La estimulación de ciertas áreas para liberar el Qi bloqueado (llamadas acupuntos) se puede hacer a través de la inserción de agujas muy finas o mediante calor, presión o láser, apuntaron los autores del estudio en la información de respaldo del artículo.
La acupuntura se usa para una variedad de problemas, como dolor, náuseas, vómitos, ansiedad y espasmos musculares, según Vohra y el Dr. Raymond Pitetti, director médico asociado del departamento de emergencias del Hospital Pediátrico de Pittsburgh. Jeannie Kang, presidenta de la Asociación Americana de Acupuntura y Medicina Oriental (American Association of Acupuncture and Oriental Medicine) añadió que la acupuntura también se usa para esguinces, alergias, asma y para los calambres e irregularidades menstruales.
En Estados Unidos, estimados recientes sugieren que hasta tres millones de personas han probado la terapia con acupuntura.
Dado que la acupuntura tiene una creciente popularidad, y no se han llevado a cabo estudios específicos sobre la seguridad de la ésta en los niños, Vohra y colegas deseaban evaluar la evidencia disponible para determinar si la acupuntura es un tratamiento seguro para los niños o no.
Los investigadores revisaron toda la literatura disponible sobre la acupuntura en los niños. Hallaron 37 estudios e informes de casos que cumplían con los criterios para ser incluidos.
La tasa de eventos adversos fue significativamente más baja en los niños que la reportada en los adultos, mostraron los resultados.
El análisis actual halló una tasa de casi 12 por ciento de eventos adversos leves en los niños. Los eventos leves incluían sangrado, dolor, llanto, hematomas y empeoramiento de los síntomas.
Ocurrieron eventos graves en 25 niños. Doce niños tuvieron anomalías del pulgar, y cinco experimentaron infecciones tras la acupuntura. También hubo problemas cardiacos, pulmonares, de sangrado, con los nervios, obstrucción intestinal, hospitalización y un coma reversible aislados.
Se cree que muchos de los eventos adversos graves fueron resultado de prácticas inferiores al estándar, señaló Vohra.
Los tres expertos recomendaron asegurarse de que el acupunturista del niño esté bien capacitado. En Canadá, la acupuntura se regula de forma estándar y los acupunturistas deben tener una capacitación específica. Según Kang, en EE. UU. los requerimientos varían de un estado a otro, aunque la mayoría requiere que los acupunturistas cuenten con licencia. Vohra y Kang recomendaron ponerse en contacto con las asociaciones nacionales de acupuntura para que recomienden a un profesional. Es probable que los practicantes certificados por organizaciones nacionales tengan más capacitación.
Kang apuntó que algunos acupunturistas se especializan en acupuntura para niños, pero que la mayoría de profesionales tienen cierta experiencia pediátrica. Comentó que no es común insertar agujas en niños menores de once años. En vez de ello, dijo, los profesionales de la acupuntura probablemente usen algo que “parece un rodillo con pinchos” para presionar los acupuntos.
Pitetti dijo que no sabe si hay áreas específicas del cuerpo donde definitivamente no se pueda usar acupuntura, pero “me preocuparía más usarla en el cuello y el cerebro. También, cuando se acerca a órganos importantes como el corazón o alrededor de la médula espinal, me pondría nervioso”.
Pero, afirmó, “este estudio debe dar a los padres cierta seguridad de que probablemente es un procedimiento seguro, aunque también debe hacer que tengan cuidado con quién hace la acupuntura para asegurarse de que sea una persona acreditada y cualificada”.
Y añadió que sería muy útil para los padres si los pediatras estuvieran más conscientes de las terapias de medicina complementaria, y de los profesionales en el área local