Un trabajo publicado en ‘Nature Neuroscience’ revela las bases fisiológicas de sus efectos a nivel local.
Varias investigacioneshan demostrado que la aplicación de agujas activa de forma duradera los tractos sensitivos ascendentes y, en consecuencia, se liberan endorfinas (péptidos opioides) en el sistema nervioso central. Muchas personas encuentran un alivio para su dolor con esta técnica, que se practica en sesiones de 30 minutos en las que las agujas se giran o estimulan con calor o electricidad cada cinco minutos.
“No obstante, este elemento central no puede explicar por sí solo por qué la acupuntura se aplica convencionalmente muy cerca del foco del dolor y por qué sus efectos analgésicos están restringidos al lado ipsilateral”, señalan los autores, procedentes del Centro de Medicina Traslacional de la Universidad de Rochester (Nueva York, Estados Unidos).
Si fuera así, si la liberación de endorfinas en el cerebro fuera lo único que mediara el efecto analgésico de la acupuntura, entonces bastaría con clavar las agujas en cualquier punto y no en los que están próximos a la zona a tratar. Por eso, este grupo de investigadores centró su atención en los fenómenos que tenían lugar en las proximidades del lugar de inserción de las agujas.
La importanciade la adenosina
Centraron su atención en la adenosina, un derivado del ATP –la molécula que confiere energía a las células- que interviene en procesos como la regulación del sueño o de la función cardiaca y que tiene propiedades antiinflamatorias y analgésicas. Este nucleósido se libera en la piel después de sufrir una herida e inhibe los impulsos nerviosos aliviando el dolor.
Varios ratones con molestias en una de sus patas sirvieron como sujetos de estudio. Los autores les sometieron a acupuntura en un punto concreto de la rodilla en sesiones estándar y monitorizaron los niveles de adenosina en la zona. Pudieron comprobar, en primer lugar, que el dolor disminuía en dos tercios gracias a las agujas.
Durante el tratamiento, los niveles de adenosina cerca del punto de inserción crecían hasta ser 24 superiores al basal. Curiosamente, en un grupo de roedores alterados genéticamente para ser insensibles a esta molécula, la acupuntura no tuvo efecto alguno, reforzando la idea de que su papel es crucial para aliviar el dolor.
“Este cuidadoso estudio identifica la adenosina como parte de ese proceso. Es una interesante contribución a nuestro creciente entendimiento de una compleja intervención como la acupuntura”, ha señalado Josephine Briggs, directora del Centro Nacional de Medicina Complementaria y Alternativa de Estados Unidos, que financió el proyecto.
Autora del artículo: CRISTINA DE MARTOS
Fuente: http://www.elmundo.es/elmundosalud/2010/05/28/medicina/1275069845.html