La Medicina Tradicional China

El universo está en expansión. La naturaleza de todas las cosas es movimiento permanente; el movimiento genera transformación. El microcosmos y el macrocosmos se desarrollan y transforman bajo estas características.
En China, desde tiempos remotos, el hombre ha sido considerado parte de este sistema universal: es producto, también, de “fuerzas cósmicas”. El desarrollo de los estados de salud y enfermedad en el hombre son el resultado del estado de equilibrio o desequilibrio de esas mismas “fuerzas”.(1)
Para poder comprender este “sistema de pensamiento”, que es el fundamento de la Medicina Tradicional China (MTC), resulta imprescindible conocer determinados conceptos que, en rigor, integran un sistema filosófico sobre el cual se asienta toda la vida social y cultural de China.
Aunque conocidos y difundidos en Occidente, algunos de esos conceptos –milenarios– tales como “energía” o “Yin y Yang”, e incluso un método como la Acupuntura, rama empírica de la Medicina Tradicional China, siguen rodeados de un cierto halo de misterio donde, muchas veces, suele confundirse teoría y práctica con mitos y leyendas.
Una de las obras más antiguas que existen hoy en China, el Huang di Neijing, llamado también “El primer Canon del Emperador Amarillo”, concentra los grandes avances médicos de la antigüedad y establece y sienta las bases del sistema teórico de la MTC. En este clásico relativamente sistemático y completo, se lee: “La vida del hombre es el resultado de la concentración de la energía. Si la energía se concentra, aparece la vida; si la energía se dispersa, viene la muerte”. (2)
Aquí, ciertamente, la idea de energía refiere más a las observaciones empíricas del siglo XIX que concluyeron que aunque la energía puede transformarse no se puede crear ni destruir, que a la idea de energía como capacidad de un sistema físico para realizar trabajo. Antes bien, la energía o QI, para la Medicina Tradicional China, es la base estructural material del universo, su esencia. Y este concepto es utilizado para explicar cada uno de los elementos del universo y los eventos que en él acontecen.
De este modo, la generación de las cosas y sus cambios así como la estructuración y transformación del proceso de salud-enfermedad, no son sino manifestaciones de la actividad de la energía o QI. Más aún: todas las cosas en el universo son resultado de los movimientos y cambios de QI.
El Qi corporal
La energía corporal recibe diferentes nombres, y éstos dependen de las distintas actividades que ejerce en áreas tales como producción, distribución, función, etc.
La energía previa al nacimiento se conoce como Energía Ancestral (original o “yuan qi”). Proviene de la unión esencial –Jing- del óvulo y el espermatozoide) y se “atesora” o almacena en los riñones.
La energía que se obtiene después del nacimiento se conoce como Energía Adquirida. Proviene de los alimentos y del aire y se “atesora” en la zona pectoral y en el estómago.
La Energía Defensiva (“wei qi”), protege al cuerpo de la invasión de factores patógenos exógenos y se atesora sobre la superficie de la piel. La energía (qi), la sangre (xue) y los líquidos corporales integran este sistema.
Otra manifestación de la energía es el Qi propio de los órganos Zang-Fu (Zang: órganos-macizos, Fu: vísceras-huecas), que se relaciona con las características de cada órgano y cada víscera.
El Yin y el Yang

Desde la perspectiva cosmogónica china y sobre la base del concepto de energía, se asientan dos “fuerzas” regidas por el principio de oposición y complementariedad: el Yin y el Yang. La filosofía china ha desarrollado y generalizado el empleo de estos términos a toda la naturaleza mostrando que el principio del opuesto-complementario se encuentra en todas partes y que es, de alguna manera, el origen de toda manifestación. Además, el mismo principio contiene, en proporción variable, el Ying y el Yang, uno de los cuales sobresale o se destaca, aunque sólo temporalmente, para dar lugar al predominio del contrario.
Todas las variables en las relaciones entre el Yin y el Yang son utilizadas en la Medicina Tradicional China para explicar, ya de manera especifica, la fisiología y patología del cuerpo humano y también para guiar el diagnóstico y el tratamiento en el trabajo clínico. (3)
Los términos Yin y Yang fueron mencionados por vez primera en el Libro de las Mutaciones (4) y significan, literalmente, la vertiente (de la montaña) que da a la sombra (Yin) y la vertiente que da al sol (Yang) Además de la oscuridad que caracteriza a la sombra, Yin implica lo pasivo, lo estático y lo femenino mientras Yang, lo luminoso, representa también lo activo, lo dinámico y lo masculino.
La discusión acerca de si Yin y Yang son dos energías diferentes o dos estados distintos de la misma energía debe dejar paso, desde el punto de vista científico, al reconocimiento de su predominio en la naturaleza y en el organismo, sano y enfermo. La oposición Yin – Yang está regida por el principio dialéctico de la complementariedad y no se fundamenta en una concepción dualista. Antes bien, el marco teórico de la MTC remite a la unidad de lo dual: luz-sombra, frío-calor, contracción-expansión. No hay sombra sin luz; no hay luz que no proyecte sombra. Hay más o menos luz, más o menos sombra. Diversos abordajes aplicables al proceso observado entre la predominancia de la luz o de la oscuridad, entre el equilibrio y el desequilibrio, entre el estado de salud y el estado de enfermedad así como sus consecuencias en cada ser humano constituyen el corpus empírico de la MTC.
La acupuntura
El término Acupuntura (del latín acus, aguja, y punctura, punzada), difundido a Occidente por jesuitas misioneros que visitaron la China en el siglo XVII y describieron el método, expresa sólo una parte del mismo; de acuerdo con su nombre original, debería llamarse Acupuntura y Moxibustión. Practicado desde épocas remotas y de ejecución aparentemente simple, este procedimiento terapéutico consiste en la introducción de agujas metálicas o en la estimulación calórica de ciertos puntos de la piel. (intro). Su sencillez, sin embargo, proviene de una gran estructura lógica, de una construcción teórico-práctica cuyas partes engarzan entre sí como un mecanismo de alta precisión.
Los puntos que se estimulan son Puntos chinos, cuya ubicación precisa está determinada a lo largo de toda la piel, y que se hallan unidos entre sí mediante líneas: los Meridianos (Chings).

Las líneas son, en el “mapa” chino, vasos conductores de energía (QI); los puntos equivalen a “nudos” situados en distintas partes de los conductos. Dicho “mapa” grafica los 12 meridianos simétricos (6 Yang y 6 Yin) por donde circula la energía que es elaborada a su vez por 5 órganos y 5 vísceras a cuyas funciones se han agregado 2 para alcanzar la simetría perfecta en el número 12.
Las vísceras son Yang; los órganos son Yin.
Las primeras, encargadas de transformar los alimentos, son el estómago, el intestino delgado, el intestino grueso, la vesícula biliar y la vejiga.
La sexta función añadida a las que realizan las 5 vísceras se denomina Triple Recalentador ó SANJIAO SHAOYAN, expresión de triple función cardiorrespiratoria, digestiva y genitourinaria. Del mismo modo, los cinco órganos Yin, Corazón, Bazo, Pulmón, Riñón, Hígado, se le ha añadido una sexta función, Yin: la llamada circulación-sexualidad ó Canal del Pericardio JUEYIN de la mano. Se trata de una función totalizadora que no puede entenderse sino en relación con el Triple Recalentador dado que éste es el polo externo, Yang, y que circulación-sexualidad, es el interno, Yin.
Cuando el estado del organismo es saludable, estas dos fuerzas –que tienen a su opuesta dentro de sí: Yang contiene a Yin y Yin contiene a Yang— permanecen en equilibrio. La salud, para la MTC, es signo de equilibrio energético. Porque Yin y Yang representan los aspectos relacionados y contrarios de los objetos; no son absolutos sino relativos. Este fenómenos de oposición e interconexión de las cosas es inagotable en la naturaleza. Una forma gráfica que representa este concepto es la figura Tai-Chi o Culminación Suprema, donde la oposición dialéctica Yin-Yang es mostrada a través de las 2 formas simétricas de distinto color (blanco y negro) limitadas por una línea ondulada y dispuestas dentro de un círculo que incluyen, cada una, un círculo pequeño del color opuesto.

Etiología

Para la Medicina Tradicional China, existen dos causas de enfermedad: una causa principal, interna al organismo, y una causa secundaria externa a él. La primera se denomina factor antipatógeno (Zhengqi) y remite a la capacidad del cuerpo humano para resistir a la acción de agentes patógenos de diversa índole y mantener el equilibrio relativo en el interior del cuerpo y entre éste y el mundo exterior. La segunda, que recibe la denominación de factores patógenos (Xieqi), remite a aquellos agentes externos que tienden a romper cualquiera de los equilibrios relativos internos del cuerpo. Dicho de una manera simple, la salud depende de la capacidad de reacción que tenga el organismo para enfrentar a agentes externos a él. La enfermedad, entonces, sobreviene cuando el factor antipatógeno, Zhengqi, se encuentra débil para luchar, lo que deja campo libre a la acción patógena, Xieqi, que provoca desequilibrios en el interior del cuerpo (desequilibrio entre el Yin y el Yang). Este es el motivo por el cual la causa interna es considerada en la MTC un factor básico en la aparición de la enfermedad mientras que la causa externa ocupa un lugar condicional. La causa externa actúa a través de la causa interna (5); si ingresa y ejerce su acción en el organismo es porque el factor antipatógeno no puede oponer reacción a ella. A este motivo se debe también el enfoque del tratamiento de la enfermedad de la MTC, que pone especial atención en la regulación y protección del Zhengqi o, lo que es lo mismo, en regular y fortalecer todos los mecanismos de defensa del cuerpo humano.
Debido a las características propias de su etiología, la MTC relaciona las enfermedades con cambios climáticos. Dichos cambios, más allá de la adaptabilidad del individuo, son considerados factores patógenos de diversos trastornos y categorizan manifestaciones clínicas que reflejan la anormalidad o incompatibilidad entre los factores Zhengqi y Xieqi. Los factores patógenos, por tanto, implican también la patología.
Sin embargo, y dado que la patología de la enfermedad resulta fundamental para guiar el tratamiento, los factores patógenos deben ser investigados en relación con su naturaleza y su significación real, considerando y estudiando las relaciones entre éstos y las disfunciones orgánicas. A la identificación del factor patógeno se debe agregar la concienzuda observación de la preponderancia o decaimiento de los factores patógeno y antipatógeno en su lucha de acción y reacción. Y, por ejemplo, a través del funcionamiento normal o anormal de los órganos Zang-Fu, se puede no sólo conocer la causa de la enfermedad sino también los cambios que provoca en el organismo, lo cual permite basarse en la sintomatología específica que determinará los principios del tratamiento.
En forma sintética, los factores patógenos se clasifican en tres grupos: 1) seis factores exógenos; 2) siete factores emocionales, y 3) factores coadyuvantes. Los seis factores exógenos son viento, frío, calor de verano, humedad, sequedad y calor (calor moderado). Los siete factores emocionales se relacionan con actividades mentales ligadas a las emociones: alegría, ira, ansiedad, meditación, tristeza, miedo y terror. Los factores coadyuvantes, por último, son alimentación inapropiada, trabajo o descanso excesivos, traumatismos, éstasis sanguínea y flema-humor (Tanyin) (6)
La antítesis funcional en la fisiopatología
Si una simple apelación al sentido común permite verificar el concepto Yin-Yang en la naturaleza, desde la perspectiva de la fisiopatología es posible advertir idéntica dialéctica en las funciones vitales. Pulmones: inspiración-exhalación; corazón: sístole-diástole; intestinos delgado y grueso: repleción-evacuación, o sea, dilatación y contracción, Yin-Yang.
Así como esta ley rige a la mecánica funcional, también responden a ella los mediadores químicos, que preceden el efecto mecánico: la adrenalina y la noradrenalina por un lado, y la acetilcolina, por otro, muestran propiedades opuestas frente al ritmo cardiaco. Siguiendo la misma lógica, no existe hasta hoy en el sistema enzimático una enzima que carezca de contraparte, la enzima inhibidora. Toda la bioquímica celular opera de este modo. Y también lo hace el sistema nervioso autónomo, que muestra un nítido ejemplo de antítesis funcional entre simpático y parasimpático, según el cual el primero domina durante el día y el segundo durante la noche.
La acción comparada de los sistemas simpático y parasimpático, producto del estudio de la antítesis funcional en órganos donde la acción del neurovegetativo es bien conocida, muestra un nuevo elemento de oposición. El sistema simpático (Yang) activa los órganos Yin (corazón, pulmón, circulación) e inhibe la actividad de los órganos Yang (estómago, intestinos delgado y grueso, vejiga). El parasimpático (Yin), por su parte, actúa en forma contraria: inhibe los órganos Ying y activa los Yang.
En el funcionamiento antitético de ambos sistemas así como en el de otros ejemplos de antítesis en funciones vitales se encuentra el concepto de Yin y Yang que se aplica también a la clasificación de órganos.
La teoría embriológica y la función del sistema nervioso
El doctor Roger de La Fuye (1890-1961), fundador de la Société Francaise d´Acupuncture, quien propuso su Teoría embriológica basándose en el hecho de que la capa ectodérmica del embrión origina en forma simultánea a la piel y al sistema nervioso, y el profesor de la Universidad de Upsala, Svann Horstädius, que en su libro “The Neural Crest” se refiere a la formación de la médula espinal, del sistema nervioso y de la piel, han aportado sustento teórico occidental, a los miles de años de teoría y práctica de la Medicina Tradicional China. Cabe destacar aquí que si bien abundan textos desde la antigüedad en la materia, la demora en las traducciones y la escasa difusión que se mantuvo a posteriori, constituyen las causas principales del desconocimiento teórico de este sistema médico.
A modo de ejemplo, la formulación de la teoría de Horstädius:
“Si, en efecto, en los primeros estadios de formación del huevo humano, tal punto del ectodermo (que en nueve meses llegará a ser la piel y el sistema nervioso), está en íntima relación con tal punto del endodermo (el cual, en nueves meses, llegará a ser tal órgano, el estómago, por ejemplo), puede pensarse que, en el curso de la evolución del huevo, y luego del embrión humano, hasta el estadio final del niño, y luego del desarrollo del hombre hasta su muerte, las mismas relaciones íntimas persisten entre ese mismo órgano (el estómago) y la piel, por intermedio del sistema nervioso, con la diferencia que el punto inicial ectodérmico se habrá desarrollado en una línea cutánea, que podrá precisamente explicar el “Ching” (meridiano) del estómago. Y así para los otros puntos (…)”.
Un estímulo provoca en el organismo reacciones de alta complejidad. Por ello, los esquemas fisiológicos del arco reflejo medular, en el que participan sólo dos neuronas (una sensitiva y otra motora), resultan limitados para el interés de la MTC. Simplificar el arco reflejo deja afuera, por así decir, la riqueza de las conexiones existentes en los planos horizontal y vertical, en las etapas sensitiva y motora y en las conexiones neurovegetativas. Riqueza que es posible observar si se aplica la teoría de la neurona de Ramón y Cajal, en la cual las sinapsis neuronales desempeñan el papel principal por permitir la formación y destrucción de conexiones y arcos reflejos dentro de una infinita variedad de posibilidades.
Las posibilidades teóricas del sistema nervioso fueron exploradas también por el antropólogo de la Universidad de Hamburgo W. Schidt sobre la base de trabajos histológicos realizados por varios investigadores. De acuerdo con el doctor Stöhr, “todo el sistema nervioso representa un “syncytium” neuroplasmático, es decir, una red cerrada de filetes nerviosos, con células interpuestas” y, por otra parte, ha quedado demostrado además que las neurofibrillas constituyen el elemento conductor dentro del neuroplasma y que aquellas, lejos de ser formaciones fijas, son esencialmente cambiantes: cambian y se forman bajo la influencia de la diferencias de potencial de los tejidos inervados, sirviendo al mismo tiempo la función de conducir y equilibrar las diferencias de potencial. Con esta teoría como base se ha construido la teoría de la “Synneurona”, según la cual todo el sistema nervioso del organismo animal posee una estructura cerrada de anillos de neurofibrillas unidas unas a otras por un fenómeno semejante a la inducción eléctrica, estructura que cambia continuamente.
Lo importante a destacar de esta teoría se desprende del hecho de que las denominaciones simpático o parasimpático, por citar un ejemplo específico, no son aplicables a nervios o ganglios sino a enlaces que son, y aquí está el punto, cambiantes. Cada tejido está en enlace simpático o parasimpático con la synneurona del órgano medular. Aquello que cambia, según las funciones, remite al predominio de uno u otro enlace. Así, para dirigir los enlaces hacia la operatoria acupuntural y en palabras del doctor Bachmann (7), “todo proceso reparador y curativo en el organismo se produce por una transposición de perturbaciones synnéuricas” (…).

Mecanismos de acción de la acupuntura

Resulta imprescindible considerar la influencia predominante que ejerce el sistema nervioso en los procesos patológicos para comprender por qué la Acupuntura ha sido efectiva en la cura de enfermedades a lo largo de miles de años. Sobre la base empírica del estímulo producido por la aguja de acupuntura o la aplicación de calor localizado o moxa en puntos específicos del cuerpo humano y las reacciones orgánicas que dichos estímulos generan se asientan la Acupuntura y la Moxibustión, métodos de “tratamiento interior de las enfermedades desde el exterior” (8) que continúan perfeccionándose al ritmo de las nuevas tecnologías que proporcionan mayor potencial eléctrico
Retomando la teoría embriológica y de acuerdo con la teoría de Horstädius: “(…) Un pinchazo sobre uno de los puntos de estas líneas (meridianos) repercutirá pues específicamente sobre el órgano (y, en consecuencia, sobre la función orgánica) con el cual esta línea estaba ligada originariamente”.
La energía circula por el cuerpo a través de los 12 meridianos que corresponden a los 5 órganos Yin, los 5 órganos Yang y a las 2 funciones denominadas Triple Recalentador y Circulación-sexualidad. La correspondencia entre meridianos y órganos internos está dada por los vasos secundarios (ligámenes entre sí), encargados de la conexión entre ambos. Los vasos secundarios son la clave para entender la relación entre la circulación periférica de la energía y el funcionamiento de los órganos y para dar cuenta del mecanismo de acción de la acupuntura. A través de la “puntura” en determinados puntos, se ejerce una influencia sobre la energía; toda modificación del caudal de energía se transmite a los órganos con los cuales están conectados, lo que se conoce como reflejo víscero-cutáneo.
Además del procedimiento de diferenciación de condiciones patológicas que debe realizarse según la teoría de la MTC, el tratamiento acupuntural está basado en los siguientes principios: dispersión para los síntomas por “exceso” y tonificación para los síntomas por “deficiencia”. A fin de que la aplicación de los principios sea la apropiada, resulta necesario conocer a la perfección el trayecto de los meridianos, la distribución de los puntos chinos y las indicaciones para cada parte de este sistema.
En lo que se refiere a la acción propiamente dicha de la Acupuntura cabe mencionar, desde el punto de vista de la neurofisiología y de las relaciones existentes entre el sistema nervioso y la circulación sanguínea, algunas de las funciones más importantes de su mecanismo:

  1. Posee una actividad reflexógena sobre los órganos internos.
  2. Produce un “fortalecimiento” del sistema nervioso central y actúa sobre los trastornos funcionales.
  3. Posee una influencia normalizadora sobre la formación reticular del cerebro y sobre el tono y la reactividad de todo el sistema nervioso vegetativo, lo que guarda directa relación con la normalización de todas las funciones del organismo.
  4. Actúa sobre el funcionamiento hipotalámico-hipofisiario-suprarrenal elevando así las defensas del organismo.

Hasta aquí una breve descripción de los principios básicos de la Acupuntura, procedimiento terapéutico cuya efectividad en la cura de enfermedades está sujeta a la realización previa de un correcto diagnóstico. La MTC utiliza desde la antigüedad una metodología diagnóstica basada en fundamentos teóricos interrelacionados (pilares del método) entre los que se cuentan la Teoría del Yin y el Yang, la Teoría de los 5 Elementos, la Diferenciación de síndromes, la Interrogación (acerca de si el paciente siente frío o calor, si tiene fiebre o escalofríos; sobre el apetito y el gusto; sobre la orina y las heces; sobre el dolor), la Inspección ocular (de la expresión, del color, la Glosodiagnosis, etcétera), la Auscultación y la Palpación (Pulsología y Palpación abdominal, entre otras). (9)
Una vez que determina el meridiano o el órgano afectado, el médico formado en la Medicina Tradicional China, debe establecer los síntomas principales y secundarios, el mecanismo de desarrollo de la enfermedad y el estado (crónico o agudo) del paciente para decidir cuales de los procedimientos técnicos implementará para el tratamiento(acupuntura, moxibustión etc.) A tal decisión arriba tras considerar diversos aspectos teórico-metodológicos que se sustentan en los principios de oposición y complementariedad, en las conexiones internas que regulan el funcionamiento orgánico y el de éste con el medio externo, en una visión cosmogónica integradora, donde cada cosa tiene su lugar y es parte, a su vez, de un todo.
Entre el día y la noche, entre el Yin y el Yang, entre el ser humano y el universo, existen interrelaciones, encuentros que permiten una visión complementaria en el enfoque de la salud.

Bibliografía

  1. Fundamentals of Acupuncture and Moxibustion, Tianjin College of Traditional Chinese Medicine and Goto College of Medical Arts and Sciences. Tianjin Sciences and Technology Translation and Publishing Corp., 1994.
  2. González G., Roberto; Yan Jianhua, Medicina Tradicional China. Huang di Neijing. El primer canon del emperador Amarillo.–. Editorial Grijalbo, México. 1996.
  3. Ediciones de Ciencia y tecnología de Shangai,1983, traducido y adaptado al español por Juan Jaramillo y Min Ming, Fundamentos de Medicina Tradicional China. Tercer Mundo Editores, Colombia, 1989.
  4. I Ching – El Libro de las Mutaciones.
  5. Ediciones de Ciencia y tecnología de Shangai,1983, traducido y adaptado al español por Juan Jaramillo y Min Ming, Fundamentos de Medicina Tradicional China, Tercer Mundo Editores, Colombia, 1989.
  6. Versión castellana de Zhang Jun y Zheng Jing, Fundamentos de Acupuntura y Moxibustión de China. Ediciones en Lenguas Extranjeras, Beijing, China, 1984, Pág. 32.
  7. Bachmann, Gerhard: Die Akupuntur, eine Ordnungstherapie, Haug, Ulm-Donau, 1959.
    Leitfaden der Akupunktur, Haug, Ulm-Donau, 1961.
    (citado en Acupuntura. Teoría y Práctica. David J. Sussmann. Editorial Kier. 1987. Pág. 403)
  8. Versión castellana de Zhang Jun y Zheng Jing, Fundamentos de Acupuntura y Moxibustión de China. Ediciones en Lenguas Extranjeras, Beijing, China, 1984, Pág. 318.
  9. Versión castellana de Zhang Jun y Zheng Jing, Fundamentos de Acupuntura y Moxibustión de China. Ediciones en Lenguas Extranjeras, Beijing, China, 198, Pág. 41

Dra. Cecilia Y. Cáceres
www.acupunturachina.com®

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